Los pozos sépticos, conocidos también como fosas sépticas son una alternativa para realizar el tratamiento primario de aguas residuales, negras y grises provenientes de zonas en las que no se cuentan con sistemas de alcantarillado ni con plantas de tratamiento de aguas residuales.
Los pozos sépticos se diferencian por el material empleado en su fabricación; a continuación, se detallan diferentes tipos:
El material para su construcción es concreto (hormigón) pudiendo ser de diferentes medidas ya que este material se adapta al requerimiento de su funcionalidad. Este tipo de pozos sépticos son herméticos y resistentes siendo del tipo requerido para el almacenamiento y tratamiento de aguas residuales.
Los pozos sépticos fabricados en polietileno son más resistentes a la oxidación y a los procesos químicos naturales que ocurren en el interior, por lo general se fabrican en una sola pieza evitando riesgo de fugas, se debe también considerar como desventaja que al ser más ligero se vuelve más susceptible a daños estructurales.
Los pozos sépticos fabricados en fibra de vidrio tienen un peso mayor en comparación a los fabricados en polietileno. Su instalación resulta ser práctica, pero no es recomendable en suelos arcillosos ya que ante un posible movimiento puede moverse el pozo séptico, generando alguna afectación en el sistema.
Los pozos sépticos fabricados en este tipo de material se oxidan, principalmente cuando se encuentran enterrados en el suelo, no siendo recomendables; por lo general tienen una vida útil promedio entre 20 a 30 años.
Es la reducción y depuración de organismos patógenos y bacterias generadas por las actividades domésticas que afectan de forma directa a la salud o en forma indirecta al medio ambiente ya que al realizar una mala disposición de los residuos sólidos se contaminan fuentes hídricas superficiales y/o subterráneas.
Contactar AHORA